17 de julio de 2007

Visitar la Región Cafetera



Hoy no toca cocina, ni recomendaciones para hermosearnos, ni lecturas. Lo tendremos más sencillo: tomar una chiva en Manizales, Pereira o Armenia. Una vez abandonemos la ciudad, empieza un verdadero banquete de ojos. Y si de verdad quiere descansar, no piense, sólo contemple el paisaje verdeazul de las montañas de la región cafetera de Colombia, las casas campesinas, los arbustos de café, las matas de plátano, los árboles de guama y flores de todos los colores.

Recomiendo bajarse de la chiva para tomarse un traguito de aguardiente y si es doble mejor. El frío se marcha. Que no le gusta el sabor anizado del trago insignia de la tierra del mestizaje, pues un buen ron para alegrar el espíritu o un canelazo. ¿Quiere embriagarse? No se preocupe que puede hacerlo con... ¡hummmmmm! Ese olor, ese olor a café, ese aroma de café.

Y si el caso es de hambre, un buen sancocho de gallina de corral o una taza de agua de panela con queso y arepa.

Algo más: si le llega la nostalgia, recréela, es un estado anímico que podemos admitirle su existencia pero no permitirle que se instale. ¡Ah! Que no sufre de nosalgia. Mejor para usted pero le aseguro que se pierde de una parcelita del ser humano o a lo mejor, su tierra nunca la ha sentido lejos.