mi abuela recomienda...

15 de junio de 2010

Aguapanela para los males

Hace mucho tiempo mi médico de cabecera, un bioenergético que admiro por sus profundos conocimientos y dedicación a sus pacientes, me dijo que el azúcar era perjudicial para la salud por los químicos, así que desde entonces, es decir, hace muchos años, no la utilizo. Me recomendó no endulzar los jugos, ni el café y menos aún el tetero o biberón para las bebés, los bebés.

¡Cómo me costó cambiar esa costumbre!

Me recomendó la panela. Recordé los trapiches del Valle del Cauca donde exprimen el jugo de la caña y luego la llevan a las pailas que someten a altas temperaturas para sacar luego esa masa sólida de color carmelita llamada panela, esa que cargan los ciclistas colombianos para subir las montañas en sus caballos de acero.

Decía la "mita" Tina, la abuela de esta abuela, que la panela contine hierro, no sé que tan cinetífica sea la afirmación pero lo que sí hemos aprendido en Colombia, sobre todo en el Eje Cafetero, es que en cada casa no puede faltar la panela para poner a hervir agua con una dosis de panela y tener la aguapanela, la aguadulce o la agua de panela para tomar todo el día.

Si tiene sed, la toma fría y con limón. ¡Ah! que es gripa, la toma caliente y también con limón o jengibre.

Que el asunto es de frío, pues amigo, la toma caliente con aguardiente y canela y tendrá un canelazo.

Pero si bajamos del páramo de Sumapaz o del Nevado del Ruiz, el hambre ataca. Solución: aguapanela con queso dentro y una buena arepa.

Más aún: el chocolate amargo se hace con aguadepanela y ahora mi hijo me acaba de traer un té verde preparado con...aguadulce.

Casi lo olvido, parta un trozo de panela y cómalo con arroz...¡Ummmmm! Qué delicia.
En fin, no se trata sólo de una ilustración sobre la panela, ni de internacionalizar este producto colombiano, o de recordar mi niñez o juventud, es cuestión de aprovecharla y disfrutarla.
En Colombia, en cualquier esquina la encuentra y en el exterior en las tiendas exóticas o las que visitan los inmigrantes para matar ganas o calmar nostagia.

Internet me dice que la panela contiene "80% de sacarosa y entre 10% y 12% de fructuosa y de glucosa".

Así mismo asegura que "estos últimos elementos poseen un alto valor biológico y no se hallan presentes ni en el azúcar moscabado ni en él refinado. El contenido de sales minerales es 5 veces mayor que en el moscabado y 50 veces mas que en el refinado. Su concentración es de 1.5gr en 100gr. En la panela se encuentran cantidades notables de potasio, magnesio, calcio, manganeso, cobre y fosfatos".

Más aún, "se hallan trazas de flúor y selenio. Se encuentra un 1% de proteínas y una vasta gama de vitaminas, especialmente las pertenecientes al grupo B, como la B6, el ácido fólico, el pantotenato de calcio, el inositol. la B2, la PP, la H. además de su alto valor energético"

Amigos, amigas, ¡Búen provecho! y que la disfruten

14 de diciembre de 2009

La próxima cita es en Marruecos


Desde Bogotá a Casablanca

Con profunda emoción, nuestra colega Saida Boudghia recibío la coordinación del IV Encuentro Internacional de la Red de Periodistas con Visión de Género que tendrá como sede a Marruecos.


Un gran reto y una posibilidad para crear nuevas redes en África y el Mediterráneo.

13 de octubre de 2009

Conoce a la vibrante Colombia




Más de 80 años llevo recorriendo caminos y ciudades, viviendo, gozando y llorando en esta tierra que amo y a la que deseo seguir aportando para que mis nietas y nietos disfruten los derechos por lo que tanto hemos trabajado y no se asusten, que diga, por los que hemos luchado.


Me dijo mi nieta que pronto, me parece que es a finales de noviembre, vendrán periodistas de muchos lugares de distintos continentes, gente que trabaja con el enfoque de género, lo que yo aprendí cuando ya tenía muchos años pero que había asumido desde hace tres guerras y un siglo.


En fin, todo esto para decirles que Colombia tierra querida, no es sólo lugar de conflictos o sitio de políticos que se quieren eternizar en el poder criticando a otros. No, no no, no es así. En este jardín vivimos gente trabajadora que crea y construye, hombres y mujeres enamoradas del paisaje de los Llanos Orientales, los atardeceres en la Costa Atlántica, de los cafetales de Risaralda...Bueno, no voy a dar geografía física y humana en dos líneas, sólo recomendar a nuestras visitantes, a nuestros amigos, que conozcan esta tierra que los acogerá, que recorran esta esquina de suramérica. ¡Bienvenidas! ¡Bienvenidos!


Una cumbia espera para que menee sus caderas, un café para que se concentre en esos sesudos debates, un aguardiente para que se entone y un buen sancocho para que conozca la comida paisa, o un viudo de pescado y una chancaca de postre ... Ya dije...¿Por qué será que me repito? No voy a dar una clase en dos líneas.


Trasieguen estos caminos que a lo mejor se animan y se quedan. ¡Disfruten! y despúes cuenten lo que vieron, comieron y vivieron. ¡Ah! y mucha suerte con ese encuentro.

6 de agosto de 2008

Viajar por Santander Colombia

Un viejo teatro en Socorro con el nombre de una rebelde en tiempos de la colonia.

La abuela recuerda lugares majestuosos que ha regalado la madre
naturaleza. A la derecha el Cañón de
Chicamocha a diez minutos de Bucaramanga, capital del departamento de Santander.
Parte superior, el parque El Gallineral en San Gil.


2 de junio de 2008

Fortaleza, paciencia y alegría para los malos tiempos

Para el tiempo que vive Colombia, muy largo por cierto, nos quedan algunos recursos: fortaleza, paciencia y alegría.

En la fortaleza encontraremos nuestra fuerza moral para continuar con el día a día que se presenta con pequeños logros, con el abrazo de un amigo, las palabras de una amiga, la solidaridad, el apoyo de quienes sienten como suya una pérdida porque como decía el poeta John Donne, no preguntes por quien doblan las campanas, doblan por ti.

Y con la fortaleza en una mano, llevaremos la paciencia en la otra, casi como una forma de sobrevivir para no quedarnos en el desespero que sólo atropella nuestras ideas y nubla los sentimientos. Dice un adagio chino que nadie espere sentarse a la sombra de un árbol que sembró el día anterior. Y no es porque la búsqueda de otro país empezara ayer, sino porque repensarlo desde otra óptica es reciente y construir lo que deseamos desde la justicia, tardará.

¿Alegría? No podemos quedarnos sólo en el dolor. Haremos nuestros duelos, lloraremos a nuestros muertos y exigiremos justicia. ¿Qué sería de Colombia sin su alegría, su humor ácido y sus rumbas? Parafraseando a Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida, ya tenemos bastante como para dejar de lado una sonrisa, un baile, un aguardiente…

No importa, desde la experiencia, esta abuela recomienda mantener la rebeldía con fortaleza, paciencia y alegría. No importa que lloremos, lloremos cuanto queramos.

7 de marzo de 2008

Sancocho con pescado ahumado

Leyda, una abuela chocoana, de la tierra que guarda el ancestro africano en la Costa Pacífica de Colombia, mientras copiaba en una hoja una receta de pastas, mira con sus enormes anteojos, se saborea y dice como pensando en comida diferente a la que ve en la revista: Mmmm, ¡Qué bueno ahora un sancocho de pescado ahumado!. Enseguida recitó cómo hacerlo.
Las cantidades dependen del número de comensales. El sancocho (para los no colombianos), es una sopa o un cocido. La cantidad de agua necesaria con cebolla y condimentos al gusto (sal, cebolla en rama y cebolla cabezona ) y se deja hervir con yuca, plátano verde y papas y se colorea con azafrán
Una vez esté blando el revuelto, se agrega y se deja cinco o diez minutos el pescado bocachico previamente ahumado, es decir, pasado un buen rato por el humo de la leña.
Resultado, un delicioso sancocho con pescado ahumado. ¡Buen provecho!

8 de enero de 2008

Una etapa ha terminado

El nuevo año: el 2008. Llegó sin mucho ruido pero sí con los rituales propios de la fecha. No pedí nada diferente a vivir, a vivir, a recorrer caminos y abrir puertas. Y con este deseo, tomé el primero de enero un libro que me apetecía releer, Juan Salvador Gaviota. Me llegó un diálogo que antes había quizá comprendido con la razón y no con el corazón. -¡Casa no tengo! Bandada tampoco tengo. Soy un exiliado. Y hora volamos a la vanguardia del viento de la Gran Montaña. Unos cientos de metros más, y no podré levantar más este viejo cuerpo. -Sí que pudes, Juan Porque has aprendido. Una etapa ha terminado, y ha llegado la hora de que empice otra. Tal como le había iluminado toda su vida, también ahora el entendimiento iluminó ese instante de la experiencia de Juan Salvador gaviota. Tenían razón. Él era capaz de volar más alto, y ya era hora de irse a casa. Echó una larga y última mirada al cielo, a esa magnífica tierra de plata donde tanto había aprendido. -Estoy listo -dijo al fin. Y Juan Salvador Gaviota se elevó con las dos radiantes gaviotas para desaparecer en su perfecto y oscuro cielo. (Del realto de Richard Bach). Y quizá mi recomendación en esta oportunidad es decirles, retomen de vez en cuando esas lecturas que han marcado su vida.