Me comentaba una amiga que vive en el norte que siente miedo en el centro. No lo visita y no sabe lo que se pierde.
El alboroto de la carrera décima con sus múltipes negocios de ropa, libros, oficinas, vendedores ambulantes y las voces que a través de los micrófonos ofrecen variedad de productos. La cantidad exagerada de buses que desordenadamente van hacia el sur y hacia el norte y la gente que corre con cara de preocupación. Es Bogotá no es Estocolmo.
Otro ambiente presentan la carrera sexta, quinta y la cuarta y tercera con sus calles laterales que dan cuenta de los estudiantes que transitan despreocupadamente con sus mochilas; los funcionaros y políticos que van y vienen con sus elegantes trajes o atuendos propios de tierra fría; las papelerías y negocios del mismo ramo; las cafeterías tan coquetas y la gran biblioteca Luis Ángel Arango, una de las mejores de Latinoamérica, y cómo no, bares, rumbiaderos y restaurantes que compiten con su música y la variedad de comidas.
La carrera sétima dirección sur, nos conduce a la Plaza de Bolívar y alrededores. " Es fácil reconocerla. Las imponentes construcciones de estilo neoclásico que la rodean forman parte de su majestuosa grandeza y la hacen inigualable. La Catedral Primada; La Capilla del Sagrario; El Capitolio Nacional; El Palacio de Justicia y el Edificio Lievano, sede de la Alcaldía Mayor, enmarcan éste escenario histórico.
Hacia el oriente, igual que en tiempos de La Colonia, se pueden observar las calles estrechas y pendientes que conducen hacia los cerros, en donde se encuentran las edificaciones más representativas de la época con sus portones, balcones y faroles antiguos. Estas casas que en el pasado le pertenecían a los personajes más ricos y poderos, ahora conforman la localidad más antigua de la capital: La Candelaria".*
La Plaza de Bolívar ha sido escenario de hechos relevantes como el grito de independencia el 20 de julio de 1810; el fusilamiento, por parte del ejército español, de Policarpa Salavarrieta por su vinculación con el ejército patriota en 1816 y la toma del Palacio de Justicia el 7 y 8 de noviembre de 1985.
En últimas, el centro de Bogotá es para adentrarse en él, descubrirlo, vivirlo y gozarlo.
*WWW.colombia.com
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